Ensayo crítico sobre “Un perro con suerte” de Imago


Nunca pensamos que todo el asunto de los Destamayados seguiría dando de qué hablar incluso en marzo del 2009. Pues bueno que sea todo por la "salud" de la literatura. Aquí va un análisis, publicado en Ecdótica, de "Un perro con suerte" uno de los cuentos más votados y que salió publicado en los Destamayados, el análisis es cocecha de Madame de Pfuel.



Ensayo crítico sobre “Un perro con suerte” de Imago
Por: Madame de Pfuel

(Si lo quieren leer, pueden descargarlo de:
http://www.ecdotica.com/biblioteca/Unperroconsuerte.pdf)
Todo trabajo
literario contiene un tono narrativo que lo caracteriza. Es el lenguaje
sugestivo que se emplea, la actitud emocional que el narrador transmite en su
obra, ya sea jocosa, exaltada, divertida, melancólica, etc. En el cuento que
ahora nos ocupa analizar, encontramos un tono narrativo de tipo reflexivo,
existencial.
Víctor es el personaje principal del cuento que, desde el
principio de la narración, se encuentra sumido en una inquietante pesadumbre.
Deprimido y angustiado trata de sobrellevar una existencia carente de sentido.
Filosofa por las penurias que atraviesa o, quizá, atraviesa esas penurias por
filosofar. Queda implícito el carácter peculiar de la obra, al que además el
autor anticipa haciendo una cita de Camus: “No hay castigo más terrible que el
trabajo inútil y sin esperanza”.
CRÍTICAS:
Escribir con un estilo
lacónico, como lo hace el autor, quizá no sea lo más apropiado para narrar este
tipo de historias. Se debe tratar, si es el caso, que las frases cortas no
enfríen el clima general, como sucede con algunos párrafos del cuento.
Las
primeras líneas de la historia no crean el efecto emotivo apropiado, pero hay
que admitirlo, más adelante algunas escenas incluso logran conmovernos. Por otro
lado, aunque la descripción del universo interior esté bien escrita, tiene el
defecto de desarrollar la historia en ambientes cerrados, generando por momentos
la sensación de ahogo. Lo que da lugar a que el lector ansíe encontrar una
figura literaria que expanda su imaginación y le motive la lectura. Es probable
que la ambientación haya sido intencionalmente creada por el escritor, para
generar un paralelismo entre el espacio vital y el espacio psicológico (donde
los ambientes cerrados corresponderían a la angustia y a la falta de futuro).
Sin embargo, se echa de menos el manejo de algún otro recurso donde la
ambientación podría haber sido enriquecida con matices más agradables y por
ende, más literarios.
LOS PERSONAJES
Víctor.Es un personaje pesimista y
cansado de vivir, al que las desgracias del destino le convirtieron en un hombre
atormentado. Deja de lado los placeres de la vida y se refugia en el alcohol:
único medio que le ayuda a desahogarse. Decepcionado por las antiguas amistades,
Víctor ha reducido sus compañías a lo mínimo. Así encuentra en Tommy a su único
amigo y confesor, al que visita en el bar en busca de consejo, el diálogo ameno
y, porque no decirlo, una distracción fugaz. Mientras, en el departamento de
Víctor lo espera Dock (su mascota canina), que lo acompaña en sus momentos de
soledad y a quien habla como si fuera un ser humano, restando importancia a que
le entienda o no. Queda claro que Víctor pretende hacerse escuchar y se refugia
en los dos únicos seres que le atienden, se siente, ante los demás, una persona
incomprendida. Sumado a ello sufre por el abandono de su esposa.
Tommy.Es un
hombre que adquirió sus conocimientos en la sabiduría de la vida cotidiana. Sus
argumentos, contrastan con los de Víctor por la sencillez expositiva. Sus ideas
no son meditadas, es franco y directo, porque además cuenta con la certeza de la
experiencia. La actitud que tiene hacia Víctor, trasluce el carácter noble de
sus emociones, sabe escuchar y dar consejos, pero no puede ayudar más de lo
necesario.
Los demás personajes secundarios provocan en Víctor motivos para
la reflexión que iremos analizando más adelante.
ANÁLISIS NARRATIVO
Puede
sorprender que el título de la obra no parezca corresponder con el argumento de
la historia, y no será sino hasta el final en que se descubrirá la ironía oculta
de dicho enunciado. Resalta la ambigüedad del sentido literario que le otorga al
cuento dos significados narrativos. Como bien decía Ricardo Piglia: “un cuento
siempre cuenta dos historias”. Es decir, aquella evidente que salta a la vista,
incluso con una lectura superficial, y la otra que es necesaria descubrirla
entre la trama y los personajes.
En el transcurso del cuento Víctor hace
muchas referencias al tema de la muerte, lo que supone el carácter pesimista que
le otorga a la vida. “¿Quién te asegura que no serán las últimas (copas) que
pruebe en esta vida?” le pregunta a Tommy. Víctor no está haciendo una pregunta
retórica, ¡él está haciendo una confesión! Ya tenía decidido recurrir al
suicidio. Por ello, la visita a Tommy se convertirá en la última. Aunque se
descubran motivos que justifican esta decisión, sería errado afirmar que Víctor
da fin a su vida sólo por una causa pasional. Tal parece que no es así, y este
es el punto donde se descubre el trasfondo de la historia.
En la primera
parte Víctor hace referencia a una obra de L. Tieck “No despiertes a los
muertos”, historia que trata de un hombre enamorado que visita día tras día el
cementerio donde yace el cuerpo de su amada. Es tanta la necesidad de recobrarle
que al fin sus ruegos son escuchados y ella regresa de la muerte para llevárselo
consigo. El autor de “Un perro con suerte” hace una analogía para indicar que
mientras se aviven las ingratas imágenes del pasado, mientras uno se aferre a
los hechos de antaño, éstos se convertirán en cadenas imaginarias que no dejarán
posibilidades abiertas a futuro, llevando poco a poco a mermar una nueva
oportunidad de vida. La idea de la necesidad de cambio es comprendida por
Víctor, pero no logra encontrar nuevas esperanzas que le ayuden a ponerla en
práctica. La vida se le estanca sin progreso alguno corrompiéndose poco a poco
hasta terminar inanimada y muerta.
Víctor quiere olvidar el amor perdido y no
puede superar la depresión. No se trata solamente de un derrotismo sentimental,
es la sensación del “yo” la que queda afectada. Experimenta una falta de
identidad y él lo reconoce. Quizá el amor le otorgaba algún sentido al fracaso
que siente en su vida.
La obra se encamina haciendo referencias a las
desgracias personales y a las emociones de entrega total: al amor y a la
amistad. Hasta que encontramos una escena que cambia por completo nuestra
concepción de ésta. Un niño ingresa al bar vendiendo golosinas: “si compra el
corazón le doy una chocolatina de regalo”, dice el pequeño. Pero nadie es capaz
de compartir una porción de sus “profundas emociones” con el niño, que es echado
a la calle con indiferencia. Y después de que Víctor pide con vehemencia que
Tommy cuide de Dock, sale del bar y encuentra al niño muerto en una acera sin
reconocerlo. Víctor, preocupado por su mascota, le había dado a Dock más
importancia que a la vida del niño. Es pues, una sorna a la hipocresía
sentimental.
En algunas escenas como: la del niño, la de una mujer que
deambula por el bar buscando amor por unas cuantas monedas, el inválido que
perdió su atracción sexual y Víctor proclamando un amor perdido; se hace
manifiesta la profunda contradicción de las emociones que giran y orientan la
vida de estos personajes. Escapan de la realidad y son tomados (fugados) por las
emociones ocasionales que matizan con tonos irreales su verdadera y patética
existencia, tal como las drogas provocan un éxtasis placentero en medio del
atroz campo de batalla.
En mi opinión, este es el trasfondo real del cuento,
la historia oculta de la narración no es sino una sátira de la hipocresía de las
“emociones buenas y exaltadas”. Los personajes son el reflejo de aquellas vidas
ilusorias carentes de realidad. Como en aquel pasaje donde las prostitutas
exhiben sus cálidos cuerpos al lado de una vieja mendiga que representa su final
inevitable: cuando sus rostros y cuerpos queden marchitados por el paso del
tiempo. ¿Y no sucederá lo mismo con los clientes, que las solicitan en busca “de
amor”?
Es al final de la obra donde se comprende la razón del suicidio.
Víctor no se mata por el abandono de su mujer (que puede haber sido uno de sus
motivos, pero no el único). Reflexiona: “Si hubiera un designio la vida tendría
sentido, pero ¿si no lo hay? ¿Si no hay un destino? La vida sería un absurdo”.
Víctor es consciente de su vida accidental y frente a esa fatalidad deja también
el último estadio de esperanza al que muchas personas se aferran para encontrar
un sentido provisorio a sus vidas. Nuestro personaje pierde la fe. Luego afirma:
“Con la idea de un Dios surge el propósito, una razón (lo justo y lo errado), y
si él no existe entonces todo está permitido” .Continua: “…he tomado verdadera
conciencia de mi destino. Francamente no es un escape sino una verdadera
rebelión”.
Es pues una decisión meditada, intencional. No está preso del
arrebato pasional sino de una fría reflexión. Al darse cuenta del absurdo de su
vida decide dar fin con ésta. Si repasamos las situaciones que el autor nos fue
mostrando a lo largo de la obra, encontramos un abanico de situaciones y de
vidas absurdas. Incluso la muerte del niño lo es. También la de Tommy, que se
sostiene con un “trabajo inútil y sin esperanza”.
El autor al final del
cuento hace el último escarnio. El único ser exento del sufrimiento, la desdicha
y del absurdo es Dock. Termina el cuento con la mascota cuidada y protegida,
alimentada con un delicioso bife en contraposición a la miseria de los
personajes. Dock, es por todo ello “Un perro con suerte”.
Fuente:
Ecdótica

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