Manifiesto Cartonero
Editorial
Yerba Mala Cartonera
Si de
cartones hablamos, no se trata de mencionar posturas acartonadas ni mucho menos
títulos académicos. Hablamos de un material vivo y natural, convertido hacia
fines industriales: recipiente de objetos, nunca contenido. Caja o cajón y no
producto. La envoltura que el cartón supone posee un corto tiempo de vida, luego
el envase es desechado. El cartón envuelve un objeto, convirtiéndose en agente
periférico, el hijo desechable del capitalismo de consumo.
Su rol
no se relaciona únicamente al acto mercantil. Es un objeto de civilización: antes
papel, hoy la marca urbana de consumo y desperdicio urbano. Su origen no es tan
complejo (chips y fibras ópticas requieren un mayor manipuleo químico). Sale de
los residuos madereros hacia fábricas de papel: hablamos de un tipo de papel.
Luego, mediante una estudiada alquimia y agua en diferentes estados, el cartón
es prensado. Proviene de los árboles, y quizá debido a esto, y a una textura
tan variable como la piel humana, es que irradia ese calor tan ausente en la
mayoría de los objetos en siglo XXI. Es la piel de las palabras donde se
estampa la sombra del autor. (sigue leyendo haciendo click en "más información)