Entrevistas cartoneras: Jorge León

Cuando no escribo, estoy mirando mucho cine.
Y cuando no miro cine, estoy leyendo

Exploramos el proceso creativo de Jorge León, desde sueños madrugadores hasta la influencia cinematográfica, en una conversación única sobre la escritura y la juventud literaria en Bolivia


¿Cómo fue el proceso de creación y luego de edición de estos cuentos?

Cada cuento tuvo un proceso de creación distinto. En el primer cuento que es La Sinfonía del Puerco fue un sueño que tuve un sábado en la madrugada del año 2021. Desperté todo asustado y sudoroso, me puse de pie y fui directo a la computadora a empezar a escribir todo lo que recordaba del sueño. En un principio el cuento tenía muchos detalles y era bastante extenso, por lo que me vi en la necesidad de acortarlo porque era innecesario algunas partes. Y durante dos años no lo volví a editar o leer el cuento. Hasta que decidí de presentarlo en algún concurso.

En el caso del segundo cuento Perspectiva cinematográfica lo escribí el año 2015. Y en ese año, estaba dando esos pasos curiosos del séptimo arte, en el que independientemente escribía guiones, y algunos llegué a dirigir, producir, editar y proyectar con la ayuda de algunos amigos que se interesaban por el cine, como la RED en Cochabamba. Y en una tarde, mientras hacía casting para mi primer cortometraje que era ‘Novi@s’ me llamó mucho la atención el comentario de un actor, que me dijo: “Estoy dispuesto a hacer todo lo que me digas para que el cortometraje salga lo más real y creíble”. Entonces esa frase fue la idea inicial del cuento que presenté. Claro que el cuento a mutado bastante, y la propuesta de que la actuación sea creíble, y digamos bien, por así decirlo, ya no es desde el punto de vista del actor, sino, del director. Este cuento tuvo muchos cambios. Y me gustó bastante editarlo cada vez, porque me hacia proponer nuevas cosas, y en la edición final, antes de mandarlo al concurso de Yerba Mala, utilicé algunos recursos del comic para que el cuento, quizá, tenga más gracia y el lector pueda imaginar cada acción.

¿Hay algún tema o estilo literario que sientas que te distingue y que exploraste especialmente en estos cuentos?
En realidad, no tengo ningún estilo literario. Lo que pretendo con mis cuentos, no es cambiar la sociedad, o criticarla. Y tampoco juzgo o cuestiono a los grandes escritores que si lo hacen de manera directo o indirectamente con grandes historias. No tengo un objetivo con cada cuento. Solo me interesa contar una buena historia, y espero que con estos dos cuentos haya logrado eso.

¿Tuviste un ritual a la hora de escribir estos cuentos?
El único ritual que tuve a la hora de escribir estos cuentos era leer y releer en voz alta. Y en muchas ocasiones estar sentado durante horas mirando la pantalla de la laptop para editar el cuento.

¿Cómo se relacionan estos cuentos con tus trabajos anteriores?
Estos son mis primeros cuentos publicados. Y desde mi punto de vista considero que entre ellas no hay ninguna conexión.

¿Qué haces cuando no escribes?
Cuando no escribo, estoy mirando mucho cine. Y cuando no miro cine, estoy leyendo. La lectura y el cine siempre están presentes en mis tiempos libres. Y algunas que otra ocasión salgo a la calle a caminar y pensar.

¿Cuál es tu relación con tus personajes? ¿Cómo los desarrollas y les das vida?
Una pregunta muy complicada de responder. Mis personajes creo que evolucionan de acuerdo a sus acciones dentro su propia historia, y de por sí, ellos van adquiriendo vida, y a la vez, conflictos, en las que deben resolver dichos obstáculos de acuerdo a los medios de su alrededor.

¿Hay algún autor o autora que haya tenido una influencia significativa en tu escritura?
Considero que las influencias significativas que tengo en mi escritura son puros autores nacionales, como Oscar Cerruto, Adolfo Cáceres Romero, Adolfo Cárdenas, Rodrigo Urquiola, Wilmer Urrelo, Daniel Averanga, Edmundo Paz Soldán, Claudio Ferrufino-Coqueugniot, Iván Gutiérrez, Liliana Colanzi y Patricia Requiz. Son autores que los leo y releo bastante. Claro, sin desmerecer a los muchos otros que hay, y sí, son excelentes.

¿Cómo concilias la escritura con otros aspectos de tu vida diaria?
Lo veo a la escritura como un trabajo, al menos en mi carrera  profesional como comunicador social. Y gracias a la escritura es que me da de comer, y claro, aún no me considero un gran escritor como tal, 
pero es algo que debo seguir madurando día a día para lograrlo. Y  algún día ser como los grandes escritores que han influido en mi vida y escritura.

¿Cómo ves al movimiento literario juvenil en Bolivia?
Desde mi punto de vista, a nivel Bolivia considero que hay jóvenes que le meten pilas a la literatura, sin embargo por falta de apoyo es que pierden el interés. Y todos tendríamos que estar más pendientes a los jóvenes que están(mos) incursionando en este rubro de la literatura.

¿Por qué participaste en el concurso de Yerba Mala?
Desde que tengo memoria siempre me ha interesado la editorial Yerba Mala por sus diseños y libros que publican. Lo curiosos y chistoso es que anteriormente ambos escritos los hice participar en un concurso de cuentos de la Facultad de Humanidades de la UMSS, y esperaba que mis cuentos ganen o que saquen mención de honor. Pero no. No salió nada. Y en un tiempo después lanzaron la convocatoria de Yerba Mala, y lo pensé mil veces antes de mandar mis cuentos, ya que estaba compuesto por un jurado de otro mundo, de otro level. Hasta que un día dije: lo mandaré, clarito será, lo que venga. Cuando me enteré de los resultados, no lo podría creer. Me sentí muy afortunado. Y estoy muy agradecido con Yerba Mala y el gran jurado.

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