Entrevistas cartoneras: Mario Montalbetti
"La poesía no es un arte performativo"
En una entrevista anterior, usted menciona que sus poemas a veces parecen textos de lingüística y sus textos de lingüística a veces parecen poemas. En ese cruce, la lingüística podría aparentar mayor claridad metodológica y por tanto, también conocimiento, pero, ¿hay algo que haya descubierto o le haya enseñado la poesía, con sus particularidades de creación y búsquedas en el lenguaje, que probablemente la lingüística no pueda hacerlo o no lo haya hecho aún?
Básicamente soy un lingüista que escribe poemas. Me interesa el lenguaje, cómo funciona, qué hace, qué nos hace. El poema es un instrumento de investigación. La lingüística, sin embargo, tiene un límite y es que busca principios y reglas generales que se cumplan en todas las zonas del lenguaje. El poema, por el contrario, busca la excepción, lo que se escapa a principios generales, lo que va en contra del lenguaje como un todo estandarizado. Eso es muy difícil de hacer de manera interesante, pero cuando se logra (en un haiku de Ikkyu o en Trilce de Vallejo) los resultados son contundentes e inesperados.
La poesía tiene una cualidad oral que le es propia desde su origen en su empleo como mecanismo de preservación de la memoria, ¿qué piensa sobre las lecturas poéticas de hoy? ¿La oralidad en la lectura de un poema a un auditorio hace que el poema gane, pierda?
Si soy perfectamente honesto, no me gusta leer poemas en público y tampoco me gusta escucharlos en público. Prefiero leerlos sobre una hoja de papel, muchas veces con un lápiz al costado. Entiendo que la lectura pública es parte del oficio de poeta y participo en ellas, pero no me siento cómodo. Es algo puramente personal. Para mí, la poesía no es un arte performativo.
Una inquietud relativa al arte, la poesía y en especial, lo poético, radica en el afán por definirlo, incluso clasificarlo ¿considera que se puede hacer esto? ¿Cómo definiría o explicaría usted lo poético?
Los poetas no tienen una inquietud por definir "lo poético"; son los críticos literarios que se afanan en taxonomías y clasificaciones los que albergan esa inquietud. Y es que no es difícil definir "lo poético", pero es de muy poca utilidad. Supongamos que damos una definición de lo poético y decimos que consiste en tener la propiedad (o el conjunto de propiedades) P, cualquiera que ésta sea. Entonces, si un texto tiene P es poético y si no la tiene, no. Pero ese nunca fue el problema. El problema, en todo caso, es cómo es que un texto logra tener P, cómo es que con la materialidad del poema se logra P. Tenemos pistas, podemos distinguir buenos de malos poemas, pero nada que conduzca a una definición o regla que resuelva esa incógnita.
En la creación literaria, sobre todo en narrativa, muchos autores hablan del oficio del escritor en contraposición, quizás, a la epifanía reveladora de la inspiración que largamente estuvo vinculada con el trabajo creador de esta índole, ¿cuánto de oficio tiene la poesía y qué lo caracteriza y/o diferencia, si lo hay, a ese oficio de otros?
Cuando se habla del "oficio del escritor" se habla de un par de cosas distintas. Por un lado, se alude al escribir como una ocupación, como una profesión y finalmente, como una actividad pagada de la que muchos (periodistas, narradores, pero no poetas) esperan vivir. La noción de "inspiración" (cualquier cosa que esto sea) no tiene nada que ver con este sentido. Pero hay otro sentido de oficio que es el de "tener oficio", es decir, poseer una serie de herramientas técnicas que permiten hacer un buen trabajo. En relación a este segundo sentido, la inspiración sería un plus que se le agrega al oficio para obtener un resultado excepcionalmente bueno. No sé cómo se logra ese plus. No creo que nadie sepa. Lo que sí sé es que la inspiración (en ese sentido) solamente ocurre si hay oficio.
Vietnam y Simio Meditando (ante una lata oxidada de aceite de oliva) son dos poemas reunidos para la edición boliviana que la editorial Yerba Mala Cartonera publica este año en el libro Vietnam & Simio, ¿qué diálogos o motivos para dialogar descubre usted entre estos dos poemas? ¿Por qué reunirlos en un mismo libro?
Aunque Simio es más "narrativo", ambos poemas conversan bien entre sí porque están hechos de manera similar en base a fragmentos y ruinas de discurso. Quiero pensar que esos fragmentos terminan dibujando un cierto sentido, es decir, una cierta dirección en la que se mueven (con ayuda del lector, por supuesto). Vietnam apareció sólo primero; luego apareció con Simio y otros poemas en una edición de Mangos de hacha (México). Y ahora, vuelven a reunirse, por primera vez, ellos dos sin compañía, como dos viejos amigos que se ponen a conversar sobre el paso del verso.
*Mariana Ríos Urquidi (Cochabamba–Bolivia, 1991) Es narradora, poeta y docente universitaria. Es editora en la Editorial Mantis, dirigida por las escritoras Magela Baudoin y Giovanna Rivero. Forma parte del Taller de Poesía “Llamarada Verde”, dirigido por el poeta Gabriel Chávez Casazola. Tiene una maestría en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universidad de Barcelona.
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