Reseñas YMC. Un breve instante de miedo antes del salto al vacío
Por:
Marcelo Pérez Mercado*
Un lugar incierto es una crítica a la palabra y su permanente insuficiencia para comunicar la riqueza de la experiencia humana, tanto de lo percibido por los sentidos como de los significados; o quizás es una denuncia descarada del carácter ilusorio de la realidad: lo que para ti es, para mí no existe. Se recurre permanentemente a los contrastes entre lo que era, lo que es y lo que será, entre el frío y el calor, la vida y la muerte, la conciencia y el engaño, desdibujando la lógica del tiempo y la materia. Es un llamado a los sentidos, que evoca imágenes de paisajes volcánicos, piedra mohosa y dedos entumecidos por el frío. Es también un recordatorio del engaño perenne al que nos somete la mente, produciendo diálogos con personas ausentes y fantaseando con la presencia de la luz, para luego retornarnos a la realidad de la lluvia.
Cada lector interpreta la buena
poesía con la razón, pero también con la experiencia y el sentir, lo que va
mutando permanentemente a medida que ocurre la metamorfosis entre los
diferentes yoes que se es a lo largo de la vida. En este caso, Nadia
Prado me encuentra en un momento personal de profundo cuestionamiento a la
razón y los límites de la conciencia y el ego. Por ello, resaltan en su obra la
amplia fluidez entre los instantes únicos y la cotidianeidad, sugiriendo que
tal vez todo ocurre al mismo tiempo y en el mismo lugar, y que la muerte es un
estado y no el final de la vida; y estableciendo la neutralidad de la realidad,
siendo nuestras palabras aquello que la agita y perturba. Se revela una
verdadera conciencia de esta ilusión de la realidad inventada, pero a la vez un
sentimiento de desesperanza ante la imposibilidad de despertar.
Hay un profundo tono melancólico
que empaña la labor de la escritora que vierte palabras que resultan en ideas
esparcidas, y que “sólo algunos leen, entienden y borran”; como también es
recurrente la imagen materna como un ser amoroso y abundante, pero sacrificado
y sufriente. Un lugar incierto” podría ser una obra deliciosamente nihilista y
depresiva, pero es contada por una voz que, ante todo, es consciente de los
engaños de la mente y derriba con la poesía las murallas que nos separan a uno
del otro, y que separan todos y el todo.
Algunos maestros zen afirman que
es preciso definir bien el ego para poder diluirlo e irradiar la paz y la tranquilidad
que todo ser sintiente es en su esencia. ¿No será, este lugar incierto, ese
instante en que vemos la luz del otro lado, aunque todavía nos retiene el temor
a dejar las ilusiones de la mente? De este modo, este exquisito y profuso
llamado a los sentidos, sentimientos y sensaciones, bien puede internalizarse
como un llamado a atisbar el otro lado, y quizás, a dejar ir.
Algún lugar incierto, se presenta el 26 de septiembre a las 15:30hrs en la Sala Jaime Sáenz de la Feria Internacional de La Paz.
*Marcelo Pérez Mercado está a punto de llegar a los 40, es arquitecto urbanista, docente de pregrado, lector asiduo y ser sintiente.
Comentarios
Publicar un comentario