Lecturas 2019 (1era parte)

Preguntamos a varios amigos de la escena literaria, qué leyeron este año para recomendar a nuestros lectores, aquí sus respuestas.

  Por  Equipo Yerba Mala y Claudia Michel 


Claudia Eid 


Entre las lecturas que me han sorprendido gratamente durante este año está el cuento de Edmundo Paz Soldán, Dochera (1998). No soy fan de este autor cochabambino, porque me relaciono mejor con los escritores con una pulsión menos pensada en la escritura, sin embargo éste, que es uno de sus primeros cuentos, llegó a mis manos recién este año en una edición mexicana auspiciada por el Fondo de Cultura Económica de dicho país con ilustraciones de Rafael Pineda, y ahí encontré un universo muy interesante en el que se mueve el personaje principal, Benjamín Laredo, ese crucigramista que fantasea con una mujer llamada Dochera y le manda mensajes a través de sus crucigramas. Uno de los atractivos de la narrativa de Paz Soldán en este cuento, es el juego con el lenguaje a modo de crucigrama, como un recurso de complicidad con el lector.

Claudia Eid Asbún es dramaturga, directora de teatro y actriz, comenzó su carrera teatral en 1996 bajo la dirección de Hugo Francisquini.
Actualmente dirige su compañía de teatro independiente El Masticadero, fundado en 2005.
Sus textos han sido publicados en Bolivia (Quipus: nudos para una Dramaturgia Boliviana/ Antología del Teatro boliviano), en España (Hojas Volantes), en Argentina (Antología del drama latinoamericano), Cuba (Antología de Dramaturgia Boliviana).
Sus textos “Desparecidos” y “Mujer de Juan” han sido traducidos al portugués y publicados en Río de Janeiro, Brasil, dentro del proyecto PERIFÉRICO.
Sus obras junto al Masticadero han girado por festivales nacionales e internacionales en La Paz, Santa Cruz, Cochabamba y Sucre. Además de presentarse en festivales de Formosa, Córdoba, Neuquén y Buenos Aires en Argentina, Santiago de Chile y Río de Janeiro en Brasil.



Giovanna Rivero


Este año leí muchas novelas escritas por mujeres (nunca las suficientes, por supuesto), cuyo nivel literario y riesgo temático son altísimos. Por ejemplo, Sanguínea (Severo Editorial, 2019), de la ecuatoriana Gabriela Ponce, es una joya escarlata por la radicalidad de sus personajes, capaces de apostar cada partícula del cuerpo y cada verdad atesorada a esa utopía revolucionaria que es la autenticidad del ser sin caer en la tentación del nihilismo. También, para esta invitación de Yerba Mala quiero proponer una relectura, no sólo porque se trata de una novela que ha sido parte de la construcción de uno de los imaginarios de nuestra bolivianidad (el que tiene que ver con la guerra, la relación con la naturaleza y el sacrificio por eso que llamamos “patria”), sino porque las relecturas son ejercicios de cuestionamiento sobre las certezas y
símbolos ya asentados. Se trata de Laguna H.3, de Adolfo Costa du Relspublicada en Francia en 1938 y luego, en 1967, en Bolivia. La prosa desolada y de ese tipo de belleza que nace cuando el lenguaje toca sus límites, nos enfrenta a los temores de un grupo de soldados perdido en la selva chaqueña y en busca de una laguna lejana, huidiza y maravillosa como la esperanza. En esta novela, la naturaleza es un personaje entrañable y terrible, tan dolorido de muerte como los mismos hombres en guerra.


Giovanna Rivero es escritora. Ha publicado cuentos y novelas. En 2011 fue seleccionada por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara como uno de “Los 25 Secretos Literarios Mejor Guardados de América Latina”. Más información en https://giovannarivero.com

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