Entrevistas Cartoneras - Pamela Romano
"Seguramente escribo poesía como una manera de estar cerca de la música"
Después de un prolongado silencio literario Pamela Romano regresa con Ave No Chao, una suerte de resumen de lo ocurrido en este intervalo, presentándolo el dos de noviembre en el marco de la Feria Internacional del Libro de Cochabamba.
por Equipo Yerba Mala Cartonera-Bolivia. 2014
Entre La Paz y Buenos Aires, entre el cine, la literatura, entre el pulso y el ritmo está Pamela Romano y entre ella y nosotros está Ave No Chao, la excusa perfecta para realizar esta entrevista que también sirve de pasaporte al mundo cartonero a días de su presentación.
Desde la edición de "Lengua Geográfica" hasta éste que es tu segundo trabajo, han pasado siete años ¿Qué ha sido de Pamela Romano en ese tiempo?
Siete es mi número preferido, sin duda me sigue. En estos años 7 años me he dedicado a estudiar la imagen, el montaje de imágenes, los sonidos, etc, todo lo que no sea palabra; también a bailar mucho, conocer la poesía del cuerpo a través de la capoeira angola.
¿Qué es lo que diferencia a "Lengua Geográfica" de "Ave no chao"?
Un ave es más concreto que la lengua. Tiene más color. Un ave vuela, a la lengua hay que sostenerla.
En Lengua geográfica haces referencia a los Beatles o Björk por citar algunos, en Ave no chao tenemos a Caetano Veloso ¿la música es importante a la hora de escribir para ti?
La música es importante a la hora de hacer todo. Creo agudamente en el ritmo. Seguramente escribo poesía como una manera de estar cerca de la música.
Con qué escritores o estilos te sientes más identificada cuando escribiste Ave no chao?
Siento respeto y gran placer al leer E. E. Cummings, de Campos, Pessoa.
En Ave no chao hay una celebrada "desobediencia" al uso de puntos y comas optando por los espacios y silencios ¿a qué se debe este "incendiar el lenguaje"?
Habría que incendiar el lenguaje, junto con todos los billetes. Mi “desobediencia” que está lejos de incendiar algo, es nomás querer ser obediente con un pulso, con un ritmo. Me interesa trabajar el texto como experiencia oral, con vistas siempre a la lectura, a la voz, al otro.
¿Con qué otras artes podrían ser complementados los poemas de Ave no chao?
Mi plan, ya en ejecución, es llevar los poemas al sonido y a la imagen. Estoy haciendo poemas visuales con gran alegría y hubiera querido en verdad que este libro sea un video bien cartonero, bien decididamente precario. Esas imágenes son las que busco y quizás son sobre las que escribo. Me gusta ir de un lado a otro, de las palabras a las imágenes y creo que ese viaje es posible, entre otras cosas, por el sonido.
En estos siete años, has tenido el temor de no poder escribir más?
Si, claro que sí. Pero un buen día me di cuenta que “el temor de no poder escribir más” era una postura, o más bien una pose bien solemne y sacrificial ante la escritura, porque siempre seguía escribiendo, decía que no escribía pero escribía.
Ya no me interesa jugar con esa figura “de la hoja en blanco” y del miedo. La escritura, como todo, es una afirmación.
¿Cuál es tu papel dentro de la literatura boliviana?
Mi papel es un papel arrugado.
¿Cómo defines la situación actual de la poesía Boliviana?
Es una completa y decidida mafia organizada.
¿Por qué decidiste publicar con yerba mala cartonera?
Los libros cartoneros son livianos, menos cargados, sin impuestos, más baratos. Son excelentes para viajar y regalarlos sin miedo. Modestamente se distribuyen casi por sí mismos y por eso, paradójicamente, son los libros más robables. Todo eso, obviamente, es funcional a la poesía, enfatiza su aspecto material, artesanal, marginal.
¿Que proyectos literarios se vienen a futuro?
Literarios creo que ninguno. Libertarios...
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