ENTREVISTA A DIEGO TRELLES PAZ




1. Si pudieras cambiar el argumento de una novela literaria y añadirle algo de humor ¿cuál sería?

Yo soy un trágico. Si tuviera que escoger una sería alguna francesa. Quizás La Peste de Camus. A todas las novelas que leo, suelo encontrarles algo de humor. Las novelas solemnes no me gustan. Me gusta mucho reírme cuando leo aunque la risa generada sea una risa de nervios. Incluso en las novelas de Cormac McCarthy un escritor estadounidense, hay mucho humor, un humor macabro.


2. Cuándo escribiste el círculo de los escritores asesinos ¿Por qué decidiste usar los manuscritos para contar la historia de un crimen?


R. Yo me acerqué a la novela policial, el género que trato de deformar y subvertir, a partir de lo que habían hecho otros autores que admiro. El caso de Borges, Nabokov, Bolaño o Ibargüengoitia. Me interesa mucho, por ejemplo, lo que hizo Nabokov en su novela Pálido Fuego. Los manuscritos me sirvieron para encontrar la voz del editor que habla desde los pies de página. Estas notas son falsamente enciclopédicas y cómicas. Retan al lector para generar su risa o su cólera. Me pareció que la manera de encarar el policial debía ser distinta, heterodoxa. En mi novela, por ejemplo, hay un asesinato pero no hay un detective, hay un enigma pero hay una manera activa de acercarse a él y desentrañarlo. La idea que me gustaba era que los manuscritos, de alguna manera, están defendiendo la idea de la mentira que es la idea de la ficción. El policial me podía ayudar a explotar todo eso.

3. ¿Crees que la ficción es una manera de mentir?

Absolutamente. Pienso en el título de un libro de Vargas llosa sobre la ficción, La verdad de las mentiras. La ficción es simulación. Es acercarse a la realidad tratando de reproducirla pero sabiendo de antemano que aquello que se genera es una creación y, por lo tanto, no es real. Es una manipulación conmovedora.

4. Como ocurre en la novela El círculo de los escritores asesinos ¿alguna vez sentiste las ganas de eliminar a un crítico literario?

R Le tengo mucho respeto a la crítica literaria. A la seria. Lastimosamente en mi país no hay suplementos literarios, solo tenemos uno o dos. Respeto mucho el trabajo responsable del crítico. A mí nunca se me ha ocurrido para nada, eso yo lo utilizo en la novela de manera simbólica para hablar de otras cosas. Me interesa mucho el tema de la literatura y sus maldades. En la novela jugué un poco con esa complicada e intensa relación.

5. Si organizarías un Foro de “Literatura y Maldad” cuales serian tus invitados especiales

R. Céline, Cormac McCarthy, invitaría a Faulkner también. Y a Onetti. Tengo la teoría de que McCarthy es el hijo bastardo de Faulkner y Céline.

6. El miércoles al responder una pregunta decías que no existe la maldad light ¿por qué?

R. Podría ser un oxímoron. La maldad no puede ser falsa. Quizás en una literatura destinada al consumo rápido, que busque el divertimento. No tengo nada en contra de ella pero que no es lo mío. La maldad de por sí no puede ser un tema light porque es algo que nos tiene que mover, irritar, conmover.

7. ¿Cuáles son los temas que abordas en tu última novela y que banda sonora acompañaría su lectura?

R. ¡Ese tema es prohibido!... Es una novela bastante compleja que vengo trabajando desde hace años. Lucho contra ella diariamente y a veces me gana por knockout. Es una novela muy ambiciosa, con un lado experimental, que busca abrir muchos espacios y que ocurre en Lima. En una banda sonora para acompañar su lectura, pondría “Demon Days” de Robert Forster, “Everybody Knows” de Leonard Cohen, y “Until The Morning Comes” de Tindersticks

Ping- pong

Bolaño: valiente
Literatura independiente: necesaria
Libro agridulce: compañía
Ojos de video tape: Charly Garcia
Ojos de dvd: David Cronenberg
Libro que quisiera ver en tridimensional: Meridiano de Sangre de Cormac McCarthy
Literatura de vampiros: divertimento
Gorditos felices: broma recurrente
Austin: Princesita
New york: El gran escape
Lima: mi corazón y mi odio

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