Viscarra Project, Alcoholatum se traduce


A pesar de que Emerson E. Tapia, emersoul@hotmail.com, no quiso que lo mencionemos, diremos de él que vive en la zona San Luis Pampa de El Alto y que ya ha traducido el cuento Baba del Alcoholatum de Victor Hugo Viscarra.

La iniciación del Alcoholatum Project, así lo llama el traductor, surge, en nuestro criterio, como una urgencia para uno de los escritores que dejó su herencia en la Generación Yerba X.

A continuación mostramos un fragmento:

B a b a

Sara was real bad with me that night, when she went to Avernus to get trashed with her lover. Not content screaming she wanted to sleep with me and scaring me every time I touched what only my hands awkwardly manipulate, she had to call me to her table and, after pulling up her dress, show me her sex, which since then has tormented my sleepless dreams.

Babá’s odour is nauseating. It’s as if all bad smells came to live in his body.

Those who know him prefer to ignore it. And if at times they invite Babá to have a drink, it’s only to enjoy themselves at his expense —as always happens— and then to flatter him, they make him buy more drink with the change Babá saves to buy himself that infamous food at fifty centavos a plate.

Babá has neither friends nor hopes.


La foto que acompañamos a esta noticia corresponde a una aparecida en la revista PATÍBULO de Potosí.

Comentarios

  1. Anónimo2:31 p.m.

    Visito frecuentemente la página de Yeba Mala. Sobre la feria de Libros en Venezuela, ¿por qué fueron los de Sarita Cartonera del Perú y ustedes no? Yo creo que necesitamos que de una vez nos representen por Bolivia. Saludos.

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  2. Sobre el sufrimiento del “artista” y escritor !Viscarrita!...

    Por: Emil Mendoza F.

    El artista murió como nació… con la certidumbre de que muy pocos lo iban a querer y recordar tal cual fue…!Y nació con el vagido sufriente! por un parto seguramente precario en uno de esos nosocomios de los que hay a montones hoy en día. Igualmente se fue llorando y sufriendo, pero no tanto por el dolor físico de su cirrosis lapidaria ya que en esos momentos últimos de su vida, en aquel hospital, el sufrimiento orgánico era para él, como para nosotros es el aire que entra y sale de nuestros pulmones y ni siquiera lo sentimos; porque muchos tenemos nuestras bombas de aire embromadas por el humo de algún vegetal herbáceo…
    Ese sufrimiento al que hago referencia solo se podrá sentir cuando sepan que el existir conduce a una sola cosa:
    A sentir que uno está sufriente o tedioso todo el tiempo, porque la demisión que sentía el Víctor Hugo era colosal (solo fíjense la expresión que tiene su rostro en la segunda solapa del libro “Relatos del Víctor Hugo”) ese semblante nos habla por sí solo. Podemos examinar a través de ese rostro trémulo y taciturno el llanto y sufrimiento de un hombre como todos, lloroso y sufriente en el alma, No por cobarde, simplemente reclamándole a la vida ¡algo…!
    Él fue distinto en su caminar por un mundo al que muchos y muchas no se asomarían ni de refilón, “esa sombra” refleja ese vacío de la vida mal pagada y bromista con nuestros más caros sentimientos e ilusiones venáticas.
    Es el rostro de la desesperanza con la mirada perdida y vacía, con recuerdos que taladran su mente día tras día, recuerdos de una vida perpleja sumida en el trajín del frío y la noche, del hastío y el troche con el hambre de más tirillo y postre (para comer); éste brebaje (pusitunka) era lo único que lo calentaba físicamente y espiritualmente porque jamás conoció otro tipo de calor que lo confortase y lo consolase. (A no ser el calor vaginal de una hembra amansada)

    El hecho de posar el cuerpo y cruzar las manos de esa forma llama bastante mi atención, es como si se preguntase a si mismo… (y me biene a la memoria lo decía el mismo Cioran en uno de sus escritos que seguramente pensaba Viscarra)
    “Me pregunto muchas veces porqué soy así, porque tengo que ser tan consciente de que la vida es una mierda, que tal como la vivimos, tal como la sociedad nos impone una rutina, unas obligaciones, unas normas, unas prohibiciones,... es difícil vivir, es un sinsentido, esto no es vida, y a veces pienso que para vivir así, mejor no vivir….tiene algún sentido el que cada día te levantes, vayas al trabajo, te conviertas en una especie de máquina durante unas ocho horas y luego vuelta a casa,......... y así día tras día? No vale la pena, ¿para qué?... en fin, vivo aburrido y escéptico. ¿La amistad? ¿El amor? ¿La familia?, conceptos que poco me dicen ya… o nunca me dijeran nada, y quizás no sea por desengaños sino porque no creo en sentimientos que son imposibles en una sociedad como esta, o en una vida como esta”
    Como él mismo dijese otrora noche más en los tramos de Churubamba donde le gustaba estar a sus anchas: “Sueño entumecido de frío” vuelvan a leer ese relato tan certero, cabal, ominoso, vitando…emparentándose con lo que formula Ciorán y el artículo:
    un fragmento del citado dice:
    “Quisiera dormir, tan solo eso, dormir. Dormir sobre este suelo tantas veces emputado y carcomido de orines venéreos, poniendo como almohada las experiencias que me encorvan las espaldas y la conciencia. Dormir y No despertar jamás.
    (Otro fragmento) “Mi cuerpo tiembla convulsivamente. Enloquezco al saberme amado por el odio, la amargura y el desengaño”. “Soy, como siempre se ha especulado, una ilusión que se desecha en el arcón del olvido y tal vez un recuerdo que se disuelve en el viento del otoño.” “Soy…ya ni siquiera sé quién soy, puesto que estoy llorando y mis lágrimas mojan por enésima vez el suelo que voy pisando.” O bien pueden releer “Soledad”, “Babá” o el “Anticuento primaveral” solo por citar algunos de los excelentes relatos y cuentos que nos llegan hacer cavilar sobre el sinsentido de la vida o lo oprobiosa y estulticia que puede llegar a ser. (Me refiero al fondo del relato y No a la forma de escribir que es lo que se fijan tantos tunantes literatos que a mi modo de ver hay que dejarlos con los prosaicos escritores que hay por doquier para que estudien a “Virgilio”).
    Para nuestro escritor del lumpen escabroso (y me remito a Schopenhauer) “la vida fue cual un embuste continuo, lo mismo en las cosas pequeñas como en las grandes ¿Ha prometido? No cumple nada, a menos que no sea para demostrar cuán poco apetecible era lo apetecido: tan pronto es la esperanza quien nos engaña como la cosa esperada. La felicidad está siempre en lo futuro o en lo pasado, y lo presente es cual una nubecilla oscura que el viento pasea sobre un llano alumbrado por el sol. Delante y detrás de ella todo es luminoso, sólo ella proyecta siempre una sobra sobre nuestras cabezas”.

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