Días buenos malos hay (sobre nuestra participación en la FIL La Paz)

Más allá de reflexionar sobre el variado número de situaciones que dejan desprotegidas a las editoriales alternativas; nos queda agradecer el interés del público que, tras caminar por toda la feria, se quedaba asombrado/sorprendido/confundido tratando de adivinar si vendíamos libros o agendas.  El efecto cartonero le dicen.

También agradecer a todos nuestros lectores que nos hicieron el aguante en un buen (des)aventurado viaje. Esta vez nos tocó afrontar el invierno, sorojchi y noches frías. Así —a media máquina— y pese a todo, tuvimos un agradable recibimiento en este nuestro regreso a la FIL-La Paz después de varios años de ausencia.

Va todo nuestro cariño para:

  • Nuestros habituales lectores que nos buscaron, encontraron y se llevaron libros de sus autores favoritos.
  • El señor que tenía una lista de libros para comprar, entre ellos el nuestro: Las Adelas.
  • Quien se aventuró a una cita a ciegas, con Bozal de Juan Malebrán.
  • Quienes agotaron los libros de Corema de Claudia Michel.
  • Todos los resignados que agotaron el Síndrome de Resignación.
  • Quienes después de 3 años reconocieron a Yerba Mala  por haberla visto en una Feria en Cocha.
  • Quienes se agacharon a buscar libros en nuestra maleta viajera.
  • Virginia Ayllon por ese carisma enorme de visitarnos y darnos vida.
  • Luzmila Carpio por presentarse en la Feria y regalarnos alas para seguir soñando.
  • Guiller por su hospitalidad, el Negro, la Nela y los cinco gatos anfitriones de la casa.
  • El público que asistió a nuestras dos presentaciones del último fin de semana
  • Alberto Chimal por confiarnos La ciudad imaginada
  • Lourdes Reinaga, Rodrigo Villegas, Valery Gismondi, Erwin Masi Perez, César Antezana, Edgar Soliz, Juan Malebrán, Fernando van de Wyngard y Juan José Podestá; por darnos dos días de alta literatura.
  • Editorial El Cuervo y la Biblioteca Popular Crispín Portugal, por acoger a nuestros libros.
  • Esos buenos y malos días de feria, por la literatura. Por los días de lluvia y sol.

 “¡Que agradecidos estamos al cielo!” (Los abuelos de la Nada).

 

Y así, como relata la Vicky en su libro Liberalía, terrorismo poético, dedicado a los guerreros de otra feria:

"Deberemos resistir las torturas de la santa inquisición letrada: nos harán tragar libros, nos entregaran lingotes de oro para que compremos compulsivamente en sus librerías, nos volverán maestros para enseñar a leer, nos nombraran miembros de la cámara del libro, seremos jurados de concursos literarios.

Pero cuando regresemos del combate, hermanos. Celebraremos nuestra amada Liberalia y cantaremos, reiremos, comeremos y, sobre todo, hablaremos".

 




















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