Las Adelas en La Paz

Pre logos

El nombre Adela evoca una especie de logia, literaria para quienes lo asocian a Zamudio, ambiguo y hasta infantil para quienes escuchan su sonido: femenino y formado de un artículo y dos conjunciones: de la A, la de A o como sea que intentemos fragmentarlo. Adela es, en suma, una manera informal de agrupar lo inagrupable, de clasificar lo inclasificable y arriesgarnos a pisar el peligroso terreno de una “antología”. Así, este ejemplar se reconoce como Selección, sin más pretensiones que una variada –y siempre sesgada– delimitación de un cuerpo mayor, en este caso, cuerpo de literatura escrita por mujeres en Bolivia. Así y una vez más, Las Adelas hablarían desde un cuerpo fragmentado, desde un lugar que se ha perdido en el mapa, asumidas como develos de un sitio mal prohibido y realizando un gesto necesario de unión: corporal o genérico. Luego, esta selección no divide las escrituras en géneros (literarios), ni cuerpos definidos (extensión), ni mucho menos límites impuestos (temáticos o morales). Sin embargo, y pese a una supuesta anarquía en su nacimiento, este ejemplar también esconde un hilo conductor, casi irracional y que no sostiene ninguna postura política ni de ismos divisores. Finalmente, no se trata de logias ni guillotinas cercenadoras, lejano a eso, es más una muestra de lo diverso y hasta contradictorio que puede resultar un grupo de voces mal tomado como lugar conocido. Tal vez su profundo desconocimiento haya hecho posible este libro.


Yerba Mala Cartonera

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